miércoles, 7 de septiembre de 2011

La piedra y el fuego

Cuando se estudia la tecnología de un periodo , se presta atención, entre otras cuestiones, a las herramientas ideadas por los seres humanos y a los cambios en las formas de vida que implicaron algunos adelantos tecnológicos fundamentales. 
Durante el Paleolitico, la tecnología de los cazadores fue cambiando: mientras que al principio devoraban los animales que encontraban muertos, luego pasaron a diseñar armas e inventar técnicas de caza. Los seres humanos comenzaron a observar la naturaleza y el comportamiento de los animales, y de esa observación derivaron para crear instrumentos que les permitieran obtener mejores resultados para su manutención. Una de las primeras herramientas que produjeron fue el hacha de mano, fabricada con un trozo de piedra tallada, que se usaba para cazar, preparar pieles, raspar y cortar madera. En los últimos tiempos del Paleolitico los seres humanos comenzaron a fabricar además puntas de flechas, punzones para agujerar, raspadores para alisar pieles y arpones hechos con cuernos de reno para pescar peces grandes en los ríos.
Un descubrimiento que tuvo grandes consecuencias para la vida humana fue el de las maneras de aprovechar fuego. Se supone que inicialmente se obtuvo de algún incendio natural, de los volcanes o por la caída de un rayo, y luego fue posible encender chispas dando golpes a algunos minerales o friccionando maderas. A partir del momento en que aprendieron a manejar el fuego, la vida de los hombres y las mujeres prehistoricos cambio. Fue posible cocinar los alimentos, protegerse del frio, espantar a los animales peligrosos y congregarse alrededor de las fogatas para  comer.
La creación y el control del fuego fueron pasos muy importantes en el proceso tecnológico del hombre primitivo. Se estima que existieron cuatro etapas:
En la primera etapa, el hombre observo las fuentes naturales del fuego, tales como los volcanes o los arboles que ardían por acción de los rayos.
En una segunda etapa, aprendio a obtener el fuego de esas fuentes naturales y a emplearlo para calentarse, iluminar o protegerse de los depredadores.
En una tercera etapa, consiguió hacer fuego cada vez que lo necesitaba.
En la cuarta etapa, finalmente llegó a controlar el fuego y utilizarlo para la fundición de metales y cocción de recipientes cerámicos, además de otras muchas aplicaciones que le permitieron disfrutar de una vida más confortable.